Las economías del Bajío (Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí) y Jalisco se integraron con el objetivo de crear una región que se distinga del resto del país por su dinámica de crecimiento y calidad de vida. De por sí, la zona se ha caracterízado históricamente por tener un crecimiento mucho mayor a la media nacional, por lo que la Alianza potenciaría esas dinámicas a futuro a través de las sinergias que se crearían con proyectos orientados a temas de infraestructura, regulación y atracción de inversión.
Sin embargo, la región ha perdido dinámica. Es un tema del que hemos escrito desde el año pasado (puedes ver esas entradas en estos enlaces: entrada 1, entrada 2, entrada 3), que obedece a diversos factores estructurales ante los que aún no hay proyectos planteados.
El lunes se publicó una nota en El Economista (https://www.eleconomista.com.mx/estados/El-Primer-Informe-de-Gobierno-no-contemplo-al-Bajio-20190902-0146.html) donde se habla de la caída económica al arranque del año (aunque se ve desceleración importante desde el año pasado), y cita a miembros del Colegio de Economistas de Aguascalientes que declaran que en el informe del Presidente de la República "hay carencia total de proyectos en materia de desarrollo de infraestructura, así como de incentivos fiscales".
La verdad es que los retos para la región van mucho más allá que estos dos aspectos. Hay temas estructurales, profundos, que no se pueden modificar en un corto plazo, pero ante los que hay que comenzar a trabajar de forma coordinada. Por sintetizar, destacaremos:
Necesidad de anclar el crecimiento en un sector económico distinto al automotriz
Mejorar la productividad laboral
Esperemos que pronto se orienten los esfuerzos y proyectos a estos temas. El tiempo corre, y la región no se está preparando.