Desde finales del año pasado e inicios de éste, un sector que podía verse amenazado por las políticas que se derivaran de las intenciones pronunciadas por el Presidente electo de Estados Unidos era el automotriz. Amenazas como el establecimiento de impuestos de importación con la intención de buscar que se instalaran fábricas en ese país para fomentar el empleo representan evidentemente un escenario amenazador para uno de los sectores que más ha incidido favorablemente en la economía y empleo de México en años recientes.
El anuncio de la cancelación del proyecto de Ford en San Luis Potosí mandaba una señal de alerta; con el paso de los meses se identifica más como un cambio de estrategia global de la empresa que como acciones derivadas de las amenazas pronunciadas. Ahora, el anuncio reciente del cambio de líneas de producción hecho por Toyota para la planta en Guanajuato representa una nueva alerta. Es posible que esta medida sea también derivada de cambios de estrategias globales de largo plazo de la firma más que de las amenazas cortoplacistas, pero lo que también estaría reflejando es el hecho que el sector se encuentra en transiciones importantes que no harán más que acentuarse en los siguientes años: automatizaciones, nuevas tecnologías y un cambio claro de concepto de la industria de ser fabricantes de vehículos hacia un concepto de “movilidad” están y estarán trayendo impactos significativos ante los que tendremos que irnos preparando. Escenarios futuros con entornos productivos que usen menos mano de obra e incorporen nuevas tecnologías nos llevarán a la necesidad de tener estrategias para mantenernos como un destino atractivo capaz de seguir atrayendo esa inversión.
Por lo pronto, en el muy corto plazo (los primeros 5 meses de este año), la industria sigue mostrando cifras alentadoras, con varios de los componentes en dinámicas de crecimiento de doble dígito, como se muestra en la siguiente gráfica.
Elaborado con cifras de la Encuesta Mensual de la industria manufacturera, INEGI
En resumen, es cierto que ese ambiente amenazador no se ha reflejado en términos generales en esta industria al momento, pero eso no elimina la existencia de amenazas relevantes, sobre todo para el mediano y largo plazo, que debería llevarnos a revisar nuestras estrategias de crecimiento y competitividad como país.