Nuestra #ColumnaDeLaSemana del lunes pasado fue sobre los retos que observamos para el sector automotriz en el largo plazo a pesar de las buenas dinámicas de producción que tiene en el corto plazo.
A los 3 días, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó un documento llamado "La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe 2017", donde analiza las tendencias de dicha inversión (IED) en la región.
Respecto a la industria automotriz de México, dedica 1 apartado con el encabezado "La industria automotriz de México: un caso de éxito bajo tensión". En este menciona cómo hemos crecido en importancia relativa dentro de la región TLCAN, representando en el 2016 la producción de 1 de cada 5 vehículos de la zona, además de tener un cambio relevante al haber "pasado de ser una base productiva enfocada a satisfacer las necesidades del mercado interno a una plataforma de exportación donde están presentes la mayoría de los principales fabricantes y proveedores mundiales." Sin embargo, el documento también señala que a pesar de los crecimientos de producción, exportación y ventas en el mercado interno, el sector tiene "limitaciones en la creación de capacidades". Esto lo plantea ya que aunque identifica que se ha creado una "red de centros de apoyo a la industria en términos de diseño, innovación, desarrollo científico y técnico", factor que ha permitido fortalecer la cadena productiva y aumentar el valor agregado de la industria en el país, también identifica que dicha red tiene centros con resultados muy "heterogéneos en términos de áreas de especialización, financiamiento, recursos humanos, vínculos con redes internacionales, historia institucional y renovación de las capacidades tecnológicas", además de que las capacidades de dichos centros se tienen que enfocar a las nuevas tendencias de la industria, como son la digitalización de la industria y los nuevos patrones de consumo asociados a temas de movilidad y conectividad.
Esto refuerza lo que planteamos hace una semana (leer columna), que más allá de las amenazas potenciales de corto plazo derivadas de una renegociación del TLC o de medidas proteccionistas de Estados Unidos, los retos para el sector son a mediano y largo plazo, y eso implica replantear la forma en que estamos compitiendo en esta industria en el contexto mundial. Son retos fundamentales, de alto impacto, que requieren acciones ya.