Aunque el Bajío era sinónimo de crecimiento económico muy superior al del país, su situación actual dista mucho de la que tenía al cierre de 2017, donde todos crecían 4%.
Guanajuato, la economía más grande de la región, es la que menos crece. Se le suma San Luis Potosí, que ha tenido una fuerte desaceleración reciente, y Querétaro, que permanece estancado en un ritmo por debajo del 2% de crecimiento.
Hay retos propios para la región, de carácter estructural, más allá de un entorno nacional estancado (leer nuestras publicaciones de julio y septiembre), ante los que hay que responder para mantenerse como una zona de excepción dentro del país. De otra forma, este será la nueva realidad de la región.