El INEGI realizó en 2015 y 2018 la Encuesta Nacional sobre Productividad y Competitividad de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (ENAPROCE). Dentro de las diversas variables que analizaba, identificaba que sólo 1 de cada 10 empresas Micro y PYMEs surgen como consecuencia de haber identificado una oportunidad de mercado.
Otra estadística que es una señal de alerta para los emprendimientos es que la mitad de estos cierra durante los primeros 2 años de vida.
Estos 2 elementos que pueden estar relacionados y que plantean altos riesgos para el emprendedor, nos ha llevado al desarrollo de una ruta metodológica por la que conducimos a los clientes que llegan con la idea de un emprendimiento, con el fin de identificar oportunamente las oportunidades y los riesgos del proyecto, así como las implicaciones financieras y operativas del emprendimiento:
Análisis del mercado: esto consiste en identificar, mediante técnicas de investigación secundarias, variables clave como tamaño de mercado, ritmo de crecimiento, regiones relevantes, perfiles de clientes y evolución de la competencia. Con esta información, el emprendedor puede identificar si el mercado le resulta atractivo o no tanto por su tamaño, dinámica y entorno competitivo (expansión, madurez, pulverización). Si lo identificado resulta atractivo o con potencial para el emprendedor, avanzamos al segundo paso.
Análisis financiero: el entendimiento del mercado permite crear escenarios de proyecciones de venta muy bien sustentados en el comportamiento del sector. A esa variable, se le agregan variables de costos, gastos e inversiones, obtenidos de forma conjunta a través de benchmarks con los que contamos y a través de información específica que el emprendedor tiene. Esta información se integra en un modelo parametrizable con el que se pueden trabajar diversos escenarios y se obtiene una sensibilidad importante sobre las variables que son más críticas para los resultados financieros. Todo esto se traduce en 3 variables clave de evaluación financiera: tasa de retorno, periodo de recuperación y valor presente neto. A través de este modelo, el emprendedor podrá ver si la visión operativa y expectativas de crecimiento da los resultados financieros esperados, o no. Si la información sigue siendo atractiva para el emprendedor, se pasa a la siguiente etapa.
Plan de negocio: a través del conocimiento adquirido en las 2 etapas previas, se desarrolla el plan de negocio, que es el documento que sirve al emprendedor en primera instancia sobre la ruta a seguir para el arranque de la empresa, así como para comunicar el proyecto a potenciales inversionistas o financiadores del proyecto, mostrando un proyecto muy trabajado, documentado y sustentado. Al entendimiento de mercado ya obtenido, y del modelo general de operación diseñado a través del modelo financiero, se diseña un modelo de operación, la estructura organizacional, y directrices sobre la estrategia de marketing.
A través de esta ruta, el emprendedor trabaja antes de arrancar en tener un muy buen entendimiento del mercado, con lo que vence el primer indicador señalado por el INEGI, identifica riesgos, expectativas de crecimiento y necesidades de financiamiento, con lo que puede vencer el segundo indicador, y tener elementos que den una formalidad y solidez a la operación de la empresa, con la gran facilidad de dejar la ruta en cuanto uno de los pasos no dé los resultados esperados por el emprendedor.
Si eres emprendedor, contáctanos. Tenemos la experiencia y modelos para ayudarte a reducir los riesgos asociados al emprendimiento y a tener los fundamentos para un crecimiento atractivo. Llama al (442)732-1011 o escribe a contacto@atalaya.info.
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