En esta publicación compartimos cómo hemos apoyado a nuestros clientes a una gestión de flujos preventiva y planeada, en lugar de tener una gestión reactiva que lleve a tomar malas decisiones en cuanto a costos o de selección de la estructura de financiamiento.
Para hacer una adecuada proyección de los flujos de tu empresa, requieres los siguientes elementos:
Un buen entendimiento de la estructura financiera de la empresa. Esta se logra al analizar el comportamiento histórico de tus estados financieros, para conocer el rango de comportamiento, tendencias y variabilidades de las principales fuentes de ingresos y de egresos, tanto operativos, como financieros y fiscales.
Entender el comportamiento real de las condiciones comerciales de cobros y pagos que tienes en la empresa. Esto significa entender la mezcla de plazos de crédito otorgados a los clientes, la mezcla de plazos recibidos por el proveedor, y la forma en que realmente se comportan.
Hasta acá, todo esto se desarrolla con el análisis de lo ocurrido. Sin embargo, lo pasado no necesariamente refleja el futuro, por lo que también es necesario que tengas:
La definición de las directrices estratégicas de la empresa: proyección de crecimiento, cambios en la mezcla de las líneas vendidas, lo que podría significar un margen bruto distinto, proyección de cambios de precio de las materias primas, aumentos en gastos de operación, proyectos de inversión, préstamos asociados a esas inversiones, refinanciamientos, etc.
La mezcla de todos estos elementos se proyecta en un modelo que puede tener un detalle semanal o mensual, dependiendo de las necesidades y condiciones de variabilidad del flujo de la empresa, que permite identificar flujos netos en cada periodo y acumulados. Esto permite detectar periodos en los que se identifican necesidades de fondeo, y si los recursos acumulados la permiten cubrir o no.
El modelo considera la proyección de las condiciones financieras estructurales, los criterios estratégicos proyectados, y se le pueden integrar elementos que se considera que ocurrirán con cierto grado de certidumbre, lo que permite tener una mezcla entre elementos proyectados y elementos planeados.
Una vez que se tiene una base bien estructurada de proyección de ingresos y egresos, que da información sobre la evolución de los flujos operativos, financieros y fiscales, se complementa con escenarios “que pasaría si” (what-ifs). Por ejemplo, ¿qué pasaría si el cobro del gran proyecto que ya está negociado se retrasa?, ¿qué pasa si las ventas no crecen al ritmo esperado?, ¿cómo afecta si el precio del insumo principal aumenta significativamente? Esto permite identificar el grado de “sensibilidad financiera” de la empresa, y tener claros los “niveles de alerta” ante el comportamiento de algunas variables para activar acciones de contingencia.
Seguir estos pasos cambiará muchas bases de la gestión financiera de tu empresa, ya que te permitirá ser preventivo, efectivo y enfocado al administrar este elemento vital para tu empresa: el flujo de efectivo.
Contáctanos a través del teléfono (442)732-1011 o escríbenos a contacto@atalaya.info, para comenzar a trabajar en este modelo para tu empresa.
Comments